Volvamos a jugar a que el mundo nos necesita **
Jorge Sarmiento
“El
fascismo debería
ser llamado
mas apropiadamente
corporativismo,
porque se
trata de
la fusión
del Estado
y el
poder corporativo”.
Benito Mussollini.
No hay mayor ejemplo
de lo paramilitar que Batman,
Wonder Woman o Superman.
¿Qué tan delator puede llegar a ser que un comercial de TV como este logre, de una forma tan aparentemente fácil y efectiva, instrumentalizar uno de los momentos lúdicos más característicos de la formación temprana? El presente texto ofrece un análisis sobre, como la usurpación del archivo familiar, por parte de The Coca-Cola Company, hace de estas imágenes (antes inofensivas), evidencia en su contra. Al reconocer un arquetipo en el superhéroe durante la etapa infantil nos vemos reclutados anticipadamente, pues no hay mayor ejemplo de lo paramilitar que Batman, Wonder Woman o Superman.
Durante la
niñez, con orgullo inocente,
nos uniformamos en
base a los colores
de la bandera norteamericana
para entrar en un
juego definido por el
rol de “los más
fuertes”: se
va estableciendo que
la diferencia revela maldad
y es síntoma de
debilidad; nos atribuimos
como jueces y verdugos
de “lo otro”,
ejercemos actitudes
imperialistas a escala
lúdica y, aunque pequeños,
nos sentimos omnipotentes,
nos vemos por encima
de “los demás”.
Como futuros tiranos, se
nos adiestra para descartar
el disenso; aprendemos
a replicar procedimientos
en defensa del orden
social establecido, mediante
la afirmación continua de
quiénes son los
ganadores y quiénes
los perdedores, nos
convencemos definitivamente
de que nuestro bando
está en “el lado de los
buenos”*.
Con el tiempo, la continuidad de este proceso se asegura al interior del tirante entramado de un tejido social sobre el cual se ejercen tensiones políticas tan maniqueas como el colombiano. Procediendo a la manera de quien está comprometido a continuar un legado, se asume el peso de un conflicto armado de más de cincuenta años. Actualmente, en medio de firmes creencias de una izquierda y una derecha claramente definidas en una lucha de contrarios, “las mayorías”, la creciente clase media, con la predisposición ya señalada; ha sido empujada a tomar partido y demostrar, a todo nivel, ser “gente de bien”.
Como un ejemplo, recordemos los “estados de sitio” efectuados desde no hace mucho tiempo por un ejército blanco movilizado gracias a la más “noble” e inocente causa, la paz. Para el presente caso, corroborando la efectividad de convocatorias semejantes a la que hace Sé un Héroe*, el lema de la campaña No más Farc no podría ser más mediático: “Hagámonos sentir, hagámonos ver, hagámonos escuchar... que los medios se volteen hacia nosotros, hacia quienes no somos noticia”.
"Un gran poder conlleva una gran responsabilidad”
Paralelamente también podemos observar como la madurez que requiere la corporación Coca-Cola, para tal conducta, supone una dignificación subyugada a la vulgaridad; anteponer a lo ordinario un extraordinario espejismo, acaso ¿Encontrar consuelo, en el autoengaño, por el sueño frustrado del trabajador raso cuya madurez no resultó ser la meta para llegar a convertirse en un verdadero superhéroe? No es difícil leer en clave irónica la invocación autocompasiva de la campaña: “Volvamos a jugar a que el mundo nos necesita”*
Según los preceptos de Sé un Héroe*, para ser “parte del cambio”*, se hace necesario seguir al pie de la letra una lista de tareas donde figura lo más cliché de las acciones micro. Porque si "un gran poder conlleva una gran responsabilidad” (así como se le enseña a Spider-Man), la incapacidad confesa de un ciudadano lego, la admisión de su propia impotencia, será el primer paso hacia el devenir en multitud; con tal condición, sumarse parece ser la única opción para ganar en el terreno de lo público. Ganar responsabilidades, cumpliendo cada vez más compromisos mínimos, en el ámbito privado, en la vida cotidiana, confiando a su vez en que muchos compañeros anónimos están haciendo lo mismo es como se logra encontrar sentido dentro del sinsentido de la rutina diaria en medio de la crisis generalizada y alcanzar así un sentimiento faso de superioridad, al asumir la máxima de las causas: salvar el mundo.
Esta situación se hace efectiva gracias a un problema de percepción (como el que favorece al católico que se siente piadoso con la proporción de la limosna). Aquí, se trata de hallar detrás de la lupa con que se mira al “granito de arena” un oasis paradisíaco en medio del desierto. Con esta magnificación se hace imposible que se vislumbren perspectivas realistas, alcances mayores dentro del propio rango de visión, o diferentes a los representados por el humilde proletario quien sin embargo, paradójicamente, parece verse omnipotente dentro de los límites de su posición, en su pequeña y frágil comodidad: “Tal es el fin de todo el condicionamiento: hacer que cada uno ame el destino social del que no podrá librarse”. Aldous Huxley. Un Mundo Feliz.
Porque a nivel fáctico ese es el estereotipo que aquí se reafirma, el de la identidad secreta del superhéroe. Se trata de atender al llamado de emergencia acudiendo como Clark Kent, el ideal del buen hombre: respetuoso, obediente, sumiso, servicial, introvertido, tradicional, ingenuo. Todos, valores que paralelamente también describen la falta de voluntad necesaria para un adoctrinamiento sin resistencia. No procurar el cambio, no vislumbrar la transformación, por el contrario, resignarse a la mínima potencia de sí mismo.
La nostalgia de mejores épocas es fácil de invocar en momentos de crisis.
Por esta
misma vía. La renuncia
“voluntaria” a la
dignidad personal,
proclamando la auto-explotación
laboral como “ética
de trabajo”, o en
una palabra: la precarización
estoica de sí
mismo, es promulgada
en la sórdida campaña
de la cerveza colombiana
Cerveza Pilsen: “Todo
héroe merece una Pilsen”. Tal como
la transvaloración perversa
que ocurre en Sé
un Héroe*.
Sin embargo en este caso, teniendo un target menos general se apunta a un nivel más bajo, a la base de la pirámide socioeconómica. Aquí de forma cruel y degradante, se exhorta a “la mano de obra” a sacrificarse, a no limitar los esfuerzos que conlleva su labor, a encontrar en la abnegación y en una Pilsen la máxima recompensa; pues si el trabajo dignifica, mayor será la dignidad mientras más se trabaje. Recordemos la famosa cita de Oscar Wilde: “Es inmoral usar la propiedad privada a fin de aliviar los terribles males que resultan de la misma institución de la propiedad privada. Es a la vez inmoral e injusto”.
Sin embargo en este caso, teniendo un target menos general se apunta a un nivel más bajo, a la base de la pirámide socioeconómica. Aquí de forma cruel y degradante, se exhorta a “la mano de obra” a sacrificarse, a no limitar los esfuerzos que conlleva su labor, a encontrar en la abnegación y en una Pilsen la máxima recompensa; pues si el trabajo dignifica, mayor será la dignidad mientras más se trabaje. Recordemos la famosa cita de Oscar Wilde: “Es inmoral usar la propiedad privada a fin de aliviar los terribles males que resultan de la misma institución de la propiedad privada. Es a la vez inmoral e injusto”.
De tal forma, inversamente a lo que podríamos suponer, se maquina la producción de trabajadores-consumidores según la imperiosa demanda del producto mismo.
“Así piensan quienes trabajan
para que el mundo cada día sea un poco mejor: “Le dimos duro y terminamos un
piso más”; “Las mejores esmeraldas estaban donde nadie había podido llegar”;
“Ni el viento, ni el frío, nos impidieron recoger la mejor papa”; “Le metimos
el hombro, hasta descargar la última tonelada”; “No paramos en todo el día,
hasta que avanzamos 30 metros más”. Todo héroe merece una Pilsen. Más Sabor,
Más Recompensa.”
Campaña
de la Cerveza Pilsen: Todo héroe merece una Pilsen. 2007.
Coca-Cola
Zero Zero
Siete.
Ahora, en base a lo presentado aquí a partir de estas campañas, sería probable concluir que el ocultamiento dado por los mensajes subliminales en la publicidad, fue un método que se desgastó en la década de los ochenta; para la actualidad se haría innecesario. Hoy nuestra percepción parece requerir mandatos inmediatos, así también lo demanda una creciente falta de resistencia al consumo y lo facilita un particular desvanecimiento de las bases morales, en la práctica más no en la prédica. Insólitamente, lo que se nos muestra no resulta más explícito de lo necesario para llegar a revelaciones censurables.
Con todo y eso, a veces se logra vislumbrar una inserción contundente, como parece ocurrir en el siguiente caso, que acercándose a los alcances de la denuncia, supera lo delator que puede llegar a ser el mismo mensaje comercial. En la búsqueda de antecedentes del “género épico” en la publicidad de Coca-Cola, hallamos una serie de señales que merecen ser sistematizadas: observadas según su relación en conjunto.
Podríamos comenzar siguiendo una pista inicial que se advierte en medio de la asociación de Coca-Cola con uno de los máximos héroes de acción, quien de una forma muy efectiva personifica la mano negra del Estado encarnando un súper agente del servicio secreto británico con “licencia para matar”.
Ahora, en base a lo presentado aquí a partir de estas campañas, sería probable concluir que el ocultamiento dado por los mensajes subliminales en la publicidad, fue un método que se desgastó en la década de los ochenta; para la actualidad se haría innecesario. Hoy nuestra percepción parece requerir mandatos inmediatos, así también lo demanda una creciente falta de resistencia al consumo y lo facilita un particular desvanecimiento de las bases morales, en la práctica más no en la prédica. Insólitamente, lo que se nos muestra no resulta más explícito de lo necesario para llegar a revelaciones censurables.
Con todo y eso, a veces se logra vislumbrar una inserción contundente, como parece ocurrir en el siguiente caso, que acercándose a los alcances de la denuncia, supera lo delator que puede llegar a ser el mismo mensaje comercial. En la búsqueda de antecedentes del “género épico” en la publicidad de Coca-Cola, hallamos una serie de señales que merecen ser sistematizadas: observadas según su relación en conjunto.
Podríamos comenzar siguiendo una pista inicial que se advierte en medio de la asociación de Coca-Cola con uno de los máximos héroes de acción, quien de una forma muy efectiva personifica la mano negra del Estado encarnando un súper agente del servicio secreto británico con “licencia para matar”.
James Bond, durante su más reciente aparición cinematográfica sirvió como imagen para Coca-Cola Zero. Fusionando el nombre de esta versión sin azucar de Coca-Cola, con el alias del mas célebre espía gubernamental se le dió el “creativo seudónimo”: Coca-Cola Zero Zero Seven, mientras estuvo en cartelera tal entrega de la saga.
En una escena de Quantum of Solace esta bebida es ofrecida por el villano principal de la película, durante la celebración de una elegante fiesta de beneficencia en la que se recaudarían fondos para un proyecto llamado The Earth Project: la compra de grandes extensiones de tierra para destinarlas, supuestamente, como reservas ecológicas. El anfitrión del evento y promotor de la causa es Dominic Greene, pero realmente lo que él planea es, concretamente, monopolizar los derechos de explotación del agua en Bolivia, posteriormente a la creación de una sequía artificial, encausando el flujo natural del agua en represas subterráneas.
Mediante la empresa fachada Greene Planet, ayudaría al dictador depuesto y exiliado, el General Medrano, a dar un nuevo golpe de estado y volver al poder gubernamental en Bolivia. Por ello, Dominic Greene sería pagado con una extensa zona desértica del país; infortunadamente, lo que queda de la “malicia indígena” del supuesto futuro mandatario no alcanza a advertir más allá que allí nadie a encontrado petróleo. Su ambición personal lo hace indiferente al destino que puedan tener, en manos de tal neo-colonizador, aquellas tierras olvidadas de su país.
Con anterioridad, la organización Greene Planet ya habría jugado un papel en el cambio de gobierno haitiano:
Dominic
Greene: “Bueno, pues
mire lo que hicimos
con este país. Los
haitianos
eligieron
a un sacerdote que decidió
aumentar
el salario mínimo de
38 centavos a un
dólar por día. No
es mucho, pero es
suficiente
para molestar a las
corporaciones
que estaban aquí fabricando
camisetas
y tenis. Entonces nos llamaron
y facilitamos el cambio”.
Diálogo
de la película: Quantum of Solace. Metro-Goldwyn-Mayer, Columbia Pictures. 2008.
La Guerra del Agua
La ficción no necesariamente compromete ni anticipa la realidad; sin embargo, el conflicto central de esta película se inspira en una lucha social vigente, que para nuestro caso merece una significativa mención pues demuestra cómo se hace consecuente la construcción de ideología por la vía publicitaria, traspasando la actividad económica de la corporación al terreno de la intervención directa, eludiendo las leyes estatales y figurando así como un fenómeno de estudio para las predicciones geopolíticas, que ya señalan la demarcación del terreno global según el trazado de un nuevo mapa económico determinado por el imparable agotamiento de los recursos naturales.
“En
1999, Cochabamba,
la tercera
ciudad más
grande de
Bolivia, privatizó
el suministro
de agua
como condición
para poder
recibir un
nuevo tramo
de un
préstamo condicionado
del Banco
Mundial. El
consorcio beneficiado
Aguas del
Tunari, como
se llamaba,
era una
sociedad internacional
que aunque
incluía un
par de
corporaciones locales
era dirigido
por International
Water Ltd.,
una subsidiaria
de Bechtel
Corporation. Su
política de
precios supuso
que los
bolivianos tuvieron
que pagar,
en algunos
casos, una
cuarta parte
de sus
ingresos en
agua. […]
La reacción
de la
población se
expresó mediante
ocupaciones, bloqueos
y la
convocatoria a una
huelga general,
que resultó
siendo masiva;
la represión
oficial no
se hizo
esperar, incluyó
acción militar
contra la
población civil
y finalizó
cuando el
gobierno tuvo
que declarar
el Estado
de Sitio.
[…] A mediados
del año
2000 la
protesta se
extendió por
toda la
nación; las
Guerras del
Agua en
Bolivia terminaron
con la
expulsión del
consorcio y poco
después, con
la caída
del propio
gobierno. Uno
de los
líderes de
la ocupación,
el congresista
y activista
cocalero Evo
Morales del
Movimiento al
Socialismo, se
convertiría en
el primer
Jefe de
Estado indígena
desde la
conquista española,
cinco siglos
antes.”
“La
perspectiva de
que dos
tercios de
la población
del mundo
no tendrá
acceso al
agua potable
para el
año 2025
ha provocado
los primeros
enfrentamientos, en
una batalla
global por
el control
del recurso
más básico
del planeta..
[…] La
corporación Bechtel,
de San
Francisco, alcanzó
a tener
el control
no solo
sobre toda
el agua
de Cochabamba,
sino incluso
sobre la
que caía
del cielo.
Esta ley,
este contrato,
prohibían a la
gente acumular
el agua
de la
lluvia, por
lo que
¡el agua
de la
lluvia también
se privatizaba.
La factura de agua le daba un valor legal a la empresa para que pueda apropiarse de su vivienda, rematando la misma.”
La factura de agua le daba un valor legal a la empresa para que pueda apropiarse de su vivienda, rematando la misma.”
La historia
(no oficial) de The Coca-Cola Company, todos
aquellos hechos inexistentes
para la descripción
de los acontecimientos globales
que circulan en las
exclusivas redes de
noticias de los
mayores medios de
comunicación, dada la
consecuente censura por
vía de la pauta
comercial de esta
corporación que a
ese nivel es omnipresente,
revelan que junto
a Perú, Bolivia es
de los mayores productores
y proveedores de
su ingrediente nominal:
se ha dicho, hasta
volverse mito, que
la coca hace parte
de su receta secreta.
Así mismo, se ignoran denuncias como la mudanza de sus plantas procesadoras cada vez que agotan sus reservas acuíferas en “remotos lugares del Tercer Mundo” y mientras se legisla a niveles locales, restringiendo la explotación de este recurso no renovable. También se estima que la fabricación de un litro de Coca-Cola consume y contamina 10 litros de agua. Y de hecho, en su momento, esta compañía fue acusada de favorecer la privatización del agua en Bolivia, como se afirma en la investigación: Coca-Cola: La Historia Negra de las Aguas Negras.
En resumen, como lo dice explícita y sintéticamente un lema que circula en internet, la estrategia sería: Robar agua, crear sed y vender Coca-Cola. Punto aparte a investigaciones propias del lector para dilucidar ¡¿Cómo puede ser que las denuncias contra esta transnacional superen, y con creces, la ficción?!
Sugiero revisar el archivo http://killercoke.org/ y ver el documental El Caso Coca Cola. Argus Films. 2010.
Así mismo, se ignoran denuncias como la mudanza de sus plantas procesadoras cada vez que agotan sus reservas acuíferas en “remotos lugares del Tercer Mundo” y mientras se legisla a niveles locales, restringiendo la explotación de este recurso no renovable. También se estima que la fabricación de un litro de Coca-Cola consume y contamina 10 litros de agua. Y de hecho, en su momento, esta compañía fue acusada de favorecer la privatización del agua en Bolivia, como se afirma en la investigación: Coca-Cola: La Historia Negra de las Aguas Negras.
En resumen, como lo dice explícita y sintéticamente un lema que circula en internet, la estrategia sería: Robar agua, crear sed y vender Coca-Cola. Punto aparte a investigaciones propias del lector para dilucidar ¡¿Cómo puede ser que las denuncias contra esta transnacional superen, y con creces, la ficción?!
Sugiero revisar el archivo http://killercoke.org/ y ver el documental El Caso Coca Cola. Argus Films. 2010.
En base a una
consigna de crecimiento
económico a toda
costa y según el
ritmo inalcanzable de
la globalización impuesto,
en desigualdad de
condiciones, a la
naciones en “vía
de desarrollo”. La
política de “Prosperidad
para Todos” del actual gobierno
colombiano se centra
en ofrecer, como en
la vieja historia de
siempre: Oro por Espejos.
La pobre ambición del
pensamiento colonizado,
ilusionado equívocamente
con un progreso utópico,
oferta a nivel transnacional
lo que queda de
su “paraíso sin fruto
prohibido”.
En un discurso triunfal de la primera hidroeléctrica privada en Colombia: El Quimbo, el presidente Juan Manuel Santos dijo con orgullo:
“Aquí
hay inversión española, aquí hay
inversión
italiana,
aquí hay inversión francesa, […].
Eso es lo que
queremos,
que vengan cada vez
más inversionistas […] América Latina
tiene lo que el
mundo está buscando: América Latina
tiene energía, el mundo
está iniciando una crisis,
nuevamente,
de energía, […]. El mundo
está buscando agua; el
mundo está buscando alimentos, estamos entrando
en una crisis de
alimentos,
[…]
América Latina tiene biodiversidad, tiene
bosques naturales, es un
pulmón del planeta, en un
momento donde el cambio
climático
y el medio ambiente es la
mayor preocupación que tiene
el mundo entero. En
esos aspectos Colombia tiene todo.”
Video: Segunda parte: Lo que el Gobierno Colombiano No Quiere que Veamos. Productor: Bladimir Sanchez Espitia. Marzo, 2012.
Tan desconcertantes declaraciones, se registran en la segunda parte de un documental que suscitó una gran polémica, no tanto en los grandes medios como en las redes sociales, así como lo subrayó despectivamente, buscando reducir su credibilidad, el general Naranjo, Director General de la Policía Nacional de Colombia. Tal como lo anunciaba días antes el titular del diario local La Nación de Neiva “EMGESA: con licencia para expropiar” Por: Ricardo Areiza, este video muestra el desalojo brutal por parte del ESMAD (Escuadrón Móvil Antidisturbios) de población campesina que quedó desplazada de su territorio ancestral, el que hoy ocupa la transnacional EMGESA para la construcción de la central hidroeléctrica El Quimbo que inundará más de 8.000 hectáreas de tierras fértiles y productivas a orillas del río Magdalena, el más importante de Colombia, que será desviado y represado. Recomiendo el video: El Robo más Grande de Colombia.
Y este es solo el primer caso, pues actualmente se adelantan en Colombia no pocos megaproyectos hidroeléctricos: Ituango, Hidrosogamoso, Urrá 2, son algunos de los que también se están teniendo noticias tardías y lamentables.
Declaraciones parecidas a las del hoy primer mandatario Juan Manuel Santos, quien fué ministro de defensa del cuestionado Alvaro Uribe Vélez, fueron dadas recientemente por el vice-presidente del mismo gobierno de derecha, en sus dos periodos y primo del actual presidente. Francisco Santos, quien hoy detenta un significativo poder mediático como líder de opinión desde RCN Radio, cadena perteneciente a uno de los dos mayores medios de comunicación del país. Dijo también de manera vehemente: “¡Colombia debería estar llena de represas!”.
Creo que no puede dejársele más claro el panorama a esta nación: Aunque aún pueda sonar a ficción, es indudable que se le destina como una verdadera Corpocracia.
Según las advertencias hechas por estudios como Rich countries, poor water realizado por la WWF. World Wide Fund for Nature; en este proceso, la transnacional The Coca-Cola Company tendría que estar adelantando un papel protagónico, y por obvias razones, más aún en Colombia, uno de los territorios con mayores recursos hídricos del planeta, el que hoy, con la implementación del TLC con EE.UU., abre sus puertos al asalto por parte del país sede de las casas matrices de las mayores corporaciones del mundo. Un primer ejemplo, el derroche en invitaciones a la VI Cumbre de las Américas en Cartagena para: McDonalds, Cisco, Navistar, Falabella, Caterpillar, Impsa, Hilton Hotels, Univisión, Dell Latin America, Merck, GE, Marriot International, Tenaris, Blumberg Capital, Grupo Salinas, Grupo Cisnero, Grupo Polar, Grupo Synergy, Grupo Gerdau, entre otras corporaciones y por supuesto The Coca-Cola Company:
“Femsa, el conglomerado económico, dueño de la franquicia de Coca Cola para América Latina, de la cadena de tiendas Oxxo y de una considerable participación en la cervecera Heineken, anunció a través de su presidente, José Antonio Fernández que Colombia está en sus planes inmediatos, por un lado, para la construcción en el país de una de las dos nuevas plantas más modernas que existirán en la región, con una inversión que supera los US$300 millones. El otro frente de acción será la
expansión de las tiendas Oxxo, de las cuales ya ha abierto unas 20. Destacando
el grado de confianza inversionista, el directivo sostuvo que no tiene el más
mínimo reparo para referenciar a Colombia como un país muy atractivo y
respetuoso de las reglas de juego para los empresarios.”
“Whatever you say. If it comes my way it's alright”
Ambicionando
regimentar la banalización
de las relaciones
interpersonales, por lograr sobreponerse
a la importancia
de los problemas
generales, esta campaña
procura impulsar y
encauzar el buen
ambiente que genera
la personalidad simpática
y despreocupada de
un niño bueno y
obediente. He aquí
lo que podría ser
su decálogo: “Contagia
tu sonrisa hoy y
cuenta un chiste para
todos”*, “Alégrale el
día a alguien diciéndole
lo bien que se
ve”*, “Busca una noticia positiva
y compártela para contagiar
optimismo”*, “Seamos positivos.
Hoy es el día del sí”*. Como vemos, la esperanzadora campaña Sé un
Héroe llega en tiempos amargos para embriagarnos edulcoradamente, ofreciendo el refrescante escape, del sentimiento equívoco y contrario, de un bienestar generalizado.
¿Seguir las anteriores indicaciones logrará influir en que se generalice, se normalice a escala personal, la doble moral según la cual es posible la idea de “responsabilidad social corporativa”? Es necesario notar que sólo sobre esa base parece consecuente, por ejemplo, que una empresa como ésta proyecte una imagen mediática ecológica mientras se ignoran denuncias como las ya mencionadas.
Para calcular la magnitud de esta escalada ideológica emprendida oportunamente en medio de la derechización política que sufre la sociedad actual, podríamos hacer el ejercicio de proyectar la continuidad trazada desde el mensaje comercial de Coca-Cola que precede al actual, el que decía en la voz de un grupo de niños de colegio: “Whatever you say. If it comes my way it's alright”. Así es posible prever un eventual escenario de efectos donde como un primer paso, la manipulable opinión pública llegará a acusar particularmente, a los sindicatos de agitadores, organizados en bandas de villanos, cuyas venganzas paranoicas y denuncias escandalosas, distorsionan la buena imagen que conserva The Coca-Cola Company, entre otras transnacionales. Tan grata institución de la lucha por la “justicia y los buenos valores”, tal como insistentemente quiere posicionarse, en imagen, esta empresa.
¿Seguir las anteriores indicaciones logrará influir en que se generalice, se normalice a escala personal, la doble moral según la cual es posible la idea de “responsabilidad social corporativa”? Es necesario notar que sólo sobre esa base parece consecuente, por ejemplo, que una empresa como ésta proyecte una imagen mediática ecológica mientras se ignoran denuncias como las ya mencionadas.
Para calcular la magnitud de esta escalada ideológica emprendida oportunamente en medio de la derechización política que sufre la sociedad actual, podríamos hacer el ejercicio de proyectar la continuidad trazada desde el mensaje comercial de Coca-Cola que precede al actual, el que decía en la voz de un grupo de niños de colegio: “Whatever you say. If it comes my way it's alright”. Así es posible prever un eventual escenario de efectos donde como un primer paso, la manipulable opinión pública llegará a acusar particularmente, a los sindicatos de agitadores, organizados en bandas de villanos, cuyas venganzas paranoicas y denuncias escandalosas, distorsionan la buena imagen que conserva The Coca-Cola Company, entre otras transnacionales. Tan grata institución de la lucha por la “justicia y los buenos valores”, tal como insistentemente quiere posicionarse, en imagen, esta empresa.
Sin ir
más allá, hoy ya
resulta alarmante
que The Coca-Cola Company
requiera del ciudadano
un compromiso aún mayor
al establecido por
otra recordada campaña: Los
Héroes en
Colombia sí
Existen del propio
Ejército Nacional
de este país. Allí
se hace una división
totalmente evidente entre
la función de las
fuerzas armadas oficiales
y el ciudadano
común, mientras Sé un Héroe*
emprende un llamado
a la población
civil para su enfilamiento
en una formación
paralela de agentes
especiales a niveles
antes insospechados.
Pronto, además
de contar con la
colaboración del gobierno
nacional y los
grupos paramilitares, como
se ha denunciado
desde hace más de
diez años con el
“ajusticiamiento” sistemático
de dirigentes sindicales; subsecuentemente
será la avanzada de
cierta militancia de trabajadores-consumidores,
quienes apoyarán la
extinción de todas
las agremiaciones disconformes.
Le será inalienable
a esta transnacional,
en manos de sus
secuaces, el derecho
a ejercer la auto-defensa
sobre cualquier tipo de
“subversivos” a todo
nivel; incurriendo legítimamente
el secuestro, tortura y
ejecución de la
pena de muerte.
Movilizados a
cooperar organizadamente
por sentimientos inducidos
de lealtad, honor y
de pertenencia a
una comunidad empresarial,
como haciendo parte de
una sociedad cuya estructura
fantásticamente se asemejará a
The Justice
League o The Avengers. Seremos
más que cómplices,
las culpas micropolíticas
del consumo no serán
nada después de la implicación
directa en la causa
del aniquilamiento definitivo
de aquellos que no
están “del lado de
los buenos”*.
Sin darnos cuenta llegará el día
en que el enfilamiento de
la población en el
frente del dominio social
por parte de la
corporación desplazará,
en importancia, la
mecánica del aporte
económico del consumo
masivo.
Jorge Sarmiento.